Las transformaciones sociales y discursivas no son, sin duda, procesos lineales; las paradojas y contradicciones se van construyendo y atravesando, en simultaneidad, con el avance de proyectos consensuados y acordados , que van dejando atrás, otras formas de pensar y de ubicar socialmente a la escuela, como institución.
La búsqueda de sentido, en la educación, en el CIC, remite siempre a una pregunta por el futuro. Se trata de otorgarle significado a relaciones, a situaciones, a propuestas pedagógicas. Tarea nada sencilla, porque compromete a sujetos, a personas.
Implica construir sentido, en una relación: docente-alumno, alumno-docente-entorno, de la que forman parte la pasión, la innovación, la incertidumbre, el entusiasmo, la inclusión y a través de horizontes pedagógicos, que articulan prácticas de miradas. En esta construcción colectiva, se “capturan” una cantidad de imágenes institucionales, que arman un trayecto / recorrido / proyecto articulado, en una narración, que da cuenta del proceso de EDUCAR:
EDUCAR para interrogar, en forma permanente, a la realidad de cada día, no enseñando ni inculcando respuestas. Se trata de una Pedagogía de la pregunta- como decía Paulo Freire. El conocimiento escolar se construye en la interacción y el diálogo, entre docente y alumno.
En este sentido, la mediación que hacen los docentes, al interpretar los diseños curriculares, al contextualizar y descontextualizar los saberes propios de las áreas y/u disciplinas, para re-crearlos y transmitirlos, los ubica como profesionales críticos, capaces de dar sentido a su accionar cotidiano.
El docente es productor de conocimiento; un conocimiento relacionado con la transmisión cultural y la generación de condiciones que hacen posibles los aprendizajes, con intervenciones docentes, cada vez más creativas.
La búsqueda de estrategias variadas, significativas y pertinentes, permite reconocer que no alcanza sólo con transmitir, sino que es preciso, además, el compromiso ético, con la posibilidad de todos, por aprender.
EDUCAR para el protagonismo, con una actitud activa, reflexiva y crítica, ante situaciones nuevas y diversas, que exigen creatividad, capacidad de relación de los conocimientos adquiridos y de búsqueda de los nuevos.
EDUCAR para la expresión, porque quien no se expresa, se reprime. La capacidad expresiva es una conquista y la palabra, el diálogo, su máximo recurso.
EDUCAR para apropiarse de la historia y la cultura, ya que somos parte de una historia compartida, como país y como institución, en el despliegue y en el desarrollo de “raíces”, pero no de fronteras; y en la afirmación de una cultura, que es posibilidad emocional de vinculación, y es espacio y práctica social para la construcción de la ciudadanía, resignificando a través de ella, las virtudes cívicas, el pensamiento crítico, los derechos humanos, la conciencia colectiva.
EDUCAR considerando el impacto de las tecnologías y los medios de comunicación, lo que propicia diversos modos de percibir, de razonar y de interpretar el mundo, como así también, potenciar nuevas formas de producción y circulación del saber. La recuperación, el análisis y la producción del lenguaje tecnológico y/o mediático, facilita la confrontación y el intercambio, la proyección de la propia voz y la socialización de los saberes.
EDUCAR para convivir, es para VIVIR CON… Cuando se cree en los otros, se es co- responsable: la obra, la propia formación y la de los demás, es producto de la interacción, de la comunicación, de la cooperación.
La convicción de transitar una ESCUELA INCLUSIVA supone reconocer las dificultades que esto implica escuchar las voces que se pronuncian expresar y abordar los conflictos que forman parte de este proceso de construcción.
En él, se van presentando diferentes posiciones, diferentes imágenes, diferentes biografías, distintas experiencias vitales que ofrecen un relato, voces a ser tenidas en cuenta, ya que, como dijimos anteriormente, esta construcción debe ser colectiva.
Estamos convencidos que el abordar la vida institucional, incluyendo la incertidumbre, el desconcierto, los dilemas y tensiones entre valores (exclusión / inclusión; homogeneización / atención a la diversidad; subjetivación /socialización) deja espacio para que aparezca lo inabarcable de las diferencias; instala la escucha y la reflexión, como algo permanente.
En síntesis, la calidad del diseño que implica nuestro PEI (Proyecto Educativo Institucional) se está dando en la lectura y la re-lectura, en la narración y la re-narración que seguimos haciendo de “lo transitado”, educando en y para este tiempo…
PORQUE… es un tiempo particular en nuestra escuela, ya que como Colegio Azul, nos sentimos convocados a aprovechar la oportunidad que nos brindó la Beatificación de nuestra querida Emilie de Villeneuve, para re-encantarnos con nuestra misión educadora.
Es “tiempo de multiplicar los gestos que dignifican” y, hacer dignos, dignificar, en el CIC, es seguir construyendo un ámbito laboral, en los modos de enseñar, aprender, coordinar, saludar, incorporar, jugar, evaluar, dirigir, sancionar, registrar, usar el tiempo libre, hablar, leer, asesorar, mediar, investigar, reflexionar, discutir, proyectar, pensar, resolver, escribir, razonar…..para poder seguir apostando a una educación evangelizadora, que atienda y responda a las experiencias vitales y a los intereses de nuestros niños y jóvenes.